Caminamos, volamos, subimos a camiones o vamos de mochileros a lugares para nosotros desconocidos. El resultado son sitios impresionantes e imágenes que compartimos...
Xalapa, Ver.-Cerca del Parque de Los Berros hay un
callejón empedrado que los xalapeños llaman de La Calavera. Cuentan que allí
vivia un matrimonio que se llevaba muy mal por el alcoholismo del marido.
Una noche, éste llegó como siempre borracho a su casa, donde lo esperaba
enfurecida su mujer por ciertos rumores sobre su infidelidad. Cuando el esposo
le pidió de cenar, ella lo atendió de mala gana y le dijo que mejor se fuera a
dormir; incluso, salió a comprarle una botella de licor para que el hombre
bebiera más y se durmiera pronto.
Al dar los primeros ronquidos, loca de celos, la mujer se fue al patio a buscar
un hacha, regresando con la obsesión de cortarle la cabeza; efectivamente así
lo hizo, quedando las cobijas tintas en sangre. Pensó:
-"Ya pasaste de tus 'sueñitos' al sueño eterno."
Con frialdad, envolvió la cabeza en una manta y la guardó en un tenate con cal;
después metió el canasto debajo de la cama, enterrando el cuerpo en medio de la
pieza.
Como los vecinos no veían a la pareja, avisaron al propietario del patio que
nadie salía del cuarto. Por lo tanto, dieron cuenta a la policía, quien después
de una minuciosa revisión, encontró el tenate con el cráneo y el cuerpo
sepultado, pero ya en estado de descomposición.
Este crimen motivó para que se conociera la calzada como Callejón de la
Calavera.
Xalapa,
Ver.-Las catrinas pasaron el umbral y adornaron las calles de Xalapa. Avanzaron
desde el panteón 5 de febrero hasta llegar al parque Benito Juárez y ante la
mirada de cientos de familias, posaron para las fotos y mostraron sus sonrisas
cadavéricas.
Las mujeres
se caracterizaron de colores vibrantes, morado, rojo, anaranjado, negro, con
lentejuelas que reflejaban brillo de las luces y antorchas que fueron colocadas
en el pasillo alfombrado con acerrín en el parque central.
El ambiente
era folclórico, les acompañaba música regional, traje jarocho, zapateado y
máscaras artesanales elaboradas en Naolinco. Aroma a incienso, flor de
cempasúchil, ambientaban el escenario donde se pararon las muertes
veracruzanas.
En esta
segunda edición participaron 140 catrinas de diferentes secundarias y
preparatorias de la capital veracruzana, informó la coordinadora Estatal de la
Junta de Mejoras, María del Rocío Coxca, entrevistada mientras avanzaba en el
desfile de "las calaveras".
Las catrinas
caminaron erguidas, orgullosas y con sus rostros blancos y marcados con
amplias dentaduras, ojeras; algunas serias y tétricas aunque otras sonrientes
"mofándose de la muerte".
Durante el discurso de la Coordinadora Estatal de la Junta de Mejoras, dijo que
la muerte es la única democrática "porque todos algún día terminaremos
siendo calaveras".
Participaron
alumnas de 18 instituciones educativas con premios de 3 mil pesos para el
primer lugar; 2 mil para el segundo y mil a la tercera posición. "Es una
manera de festejar, pero también para recordar y preservar las tradiciones
mexicanas".
En
comparación del año pasado, en esta segunda edición hubo mayor participación de
alumnas quienes ataviadas con sombreros, flores y acompañados de los catrines
para fomentar las tradiciones milenarias.
El primer
lugar fue para el Colegio Preparatorio de Xalapa; segundo para la Secundaria
General número 3, Antonio Torres Mendieta y el tercero fue para la Técnica 105
Diurna.
Caballo blanco;
El proyecto minero más contaminante y devastador de Veracruz
Pero ¿Que es
caballo blanco?
Caballo
Blanco es el nombre de un proyecto de mina a cielo abierto que se desarrollaría
en 334 hectáreas en el municipio de Alto
Lucero, en el estado de Veracruz, el cual era pretendido por la empresa Canadiense
Goldgroup y su filial Minera Cardel.
Ubicado en
el centro de Veracruz el municipio de alto lucero es considerado el más
importante del país por su gran biodiversidad de flora y fauna.
De seguirse llevándose a cabo el proyecto minero Caballo Blanco
habría grandes daños que van desde el ecocidio, afectando especies de
flora-como cícadas que datan de miles de años- y fauna, consecuencias para la
salud humana debido a la contaminación por volatilización de metales como el
cianuro; además de la destrucción de 3 cerros: La Paila, La Cruz y Banderas,
los cuales fungen como barreras naturales ante fenómenos meteorológicos,
santuario de aves migratorias y del venado cola blanca, y en donde además se encuentra
una pequeña zona arqueológica centro de vigía olmeca.
La contaminación
y escases del agua es otro de los
problemas que generaría una mina a cielo abierto en la región señalada, pues se
requieren 12 mil 163 litros de agua para producir una onza de oro, han expuesto
el ambientalista Guillermo Rodríguez Curiel y expertos en el tema.
Se llaman
minas a cielo abierto las explotaciones mineras que se desarrollan en la superficie
del terreno, a diferencia de las subterráneas, que se desarrollan bajo ella.
Para la explotación
de una mina a cielo abierto es necesario excavar, con medios mecánicos o con
explosivos, los terrenos que recubren o rodean la formación geológica que forma
el yacimiento.
Diariamente usarían
2.5 toneladas de cianuro de sodio que generarían toneladas de residuos tóxicos,
polvo, explosiones y ruido.
64 expertos
de diversas disciplinas y reconocidas instituciones nacionales e internacionales
como la UNAM (UNIVERSIDAD NACIONAL AUTONOMA DE MEXICO) analizaron la manifestación
de impacto ambiental presentada por la empresa Goldgroup ala SEMARNAT (SECRETARIA DE MEDIO AMBIENTE Y
RECURZOS NATURALES) y llegaron a la conclusión que el proyecto minero Caballo
Blanco es un peligro para el ecosistema.
Integrantes del
movimiento de la asamblea veracruzana de iniciativas y defensa ambiental LA
VIDA presentaron en febrero y marzo dos denuncias ciudadanas ante la PROFEPA
(PROCURADURIA FEDERAL DE PROTECCIONA AL AMBIENTE) por las violaciones al
resolutivo condicionado por SEMARNAT emitido para la fase de exploración ya que
se le había prohibido abrir caminos, afectar la flora de la zona en este caso
especies en peligro de extinción.
Sin embargo
ninguna de estas condiciones se
cumplieron la empresa abrió caminos a pesar de manifestar ante la SEMARNAT que
no sería necesario, en 2005 el bosque de
encino lucia intacto en 2012 el Ecocidio era más evidente.
El día de muertos o Xantolo es, sin duda, una de las
festividades más importantes y representativas de la región norte de Veracruz,
comprendida, entre otras, por las poblaciones de Pánuco, Tempoal, Tantoyuca,
Platón Sánchez y El Higo. Aquí se le rinde culto a los muertos festejándolos
con una serie de actividades que comienzan a partir del 31 de octubre hasta el
3 de noviembre, distinguiéndose de otros pueblos por sus características
particulares. A pesar de que es una festividad llevada a cabo en toda la región
huasteca es en Tempoal en donde se conservan mejor sus raíces e incluso fue
declarada como Patrimonio Cultural Inmaterial de Veracruz, en 2007.
Xantolo es un vocablo que viene del término castellano xanto (santo) y el
término náhuatl olo (abundancia), que significa Todos Santos.
Debido al carácter sincrético de la fiesta en Tempoal, la celebración de los
muertos se considera una de las más singulares y raras de todo México, pues
incluye culto de las deidades prehispánicas y de las impuestas a los indígenas
por los españoles.
Los preparativos para la fiesta se comienzan con días de antelación, casi
siempre a finales de octubre. La puesta de los altares con muchos elementos
decorativos así como las danzas se ejecutan en preparación de los días grandes.
En cada hogar se instala el ya tradicional Altar de Muertos, que consta de dos
arcos de guasima1 o cualquier otra vara flexible, forrados con estribillo y
adornado con flor de cempasúchil y mano de león. En la ofrenda se acostumbra
poner todo aquello que le gustaba comer al difuntito, así como los objetos que
nos hacen recordarlo, como alguna imagen, algún objeto personal y hasta su
música favorita.
Al altar se le cuelga fruta, pan de muerto y flores, y se adorna con papel
picado de colores sobre un mantel blanco, dándole con esto más colorido a la
ofrenda. Lo que no debe faltar es la imagen de la Virgen de Guadalupe, de
Jesucristo o del Santo que veneren en cada hogar, así como copal o incienso
para purificar el ambiente y alejar los malos espíritus. En el piso se coloca
un camino de cal, que según la costumbre es para atraer las almas de los
difuntos, así como también una bellota con cuatro velas en cruz que indican los
puntos cardinales, esto para alumbrar su recorrido hacia el altar. La creencia
cuenta que la ofrenda debe permanecer desde el 31 de octubre hasta el 8 de
noviembre, cumpliéndose así el ya tradicional ochavario, periodo que tienen los
difuntos para llegar y retirarse.
El día 1° de noviembre es destinado a los muertos chiquitos y, por ende, en la
ofrenda se colocan dulces, refrescos, piñatas, juguetes, y demás objetos que
atraerán las almas pequeñas.
El día 2 es de los difuntos mayores y el altar se llena de colorido, olores y
sabores diversos que van desde platillos como el mole o los tamales, así como
también el pan de muerto, chichimbre3, pemoles4, atoles duros5, dulce de
calabaza, café y no puede faltar la cerveza o el tequila, según el gusto del
difunto. A la ofrenda en su conjunto se le llama chichiquil y la tradición es
visitar las casas de los parientes y amigos llevando y trayendo chichiquiles
como muestra de cariño y respeto.
Existen varios elementos que se usan en esta fiesta, como los cohetes, que con
sus destellos se utilizan para atraer a los espíritus "buenos" y al
mismo tiempo para alejar a los espíritus "malos" de las cercanías de
las casas, que será en donde llegarán los fieles difuntos.
Además, se realiza una representación con los locales disfrazados de “Viejos”
con máscaras artesanales, talladas en madera y atuendos de estilo vaquero.
También usa un paliacate o una pañoleta para cubrir la parte posterior del
cráneo y el cuello mismo.
Los viejos representan entonces la materialización de las almas de los muertos,
por lo que con este carácter pueden entrar a la casa que ellos elijan, tomando
así los alimentos de los altares que ellos deseen, pues se dice que las almas
de los muertos vienen a bailar y a disfrutar de la comida que se les ofrenda.
Sin embargo, detrás de ellos viene la muerte siguiéndolos para llevarlos de
regreso y que el alma de los muertos se esconde en el cuerpo de los vivos y el
vivo debe ponerse máscara pues la muerte no debe reconocer a los vivos.
La cuadrilla está formada por el vaquero, quien dirige al grupo y porta un
cuerno de vaca con el cual llama a su comparsa para que comiencen a ejecutar la
danza, el diablo que porta un látigo o chicote con el que hace múltiples
travesuras, la muerte, la señora embarazada, el curandero o curandera, la novia
y el novio, el niño y la niña, el doctor y la enfermera, entre otros.
Se le llama cuadrilla y no comparsa (aunque lo parezca)ya que los personajes
principales son cuatro y cada uno de ellos tiene un interesante significado:
El vaquero, quien es el primero en llegar al altar y llama a los demás tocando
el cuerno, representa al hombre, su fuerza. Su color representativo es el azul.
Prehispánicamente representa “el agua que cae”, la lluvia que fecunda la
tierra.Va al frente de la cuadrilla porque representa al hombre, cabeza de la
familia, su conductor. El sombrero que posee es símbolo de su conexión con
Dios, la reata hace alegoría a la fuerza con la que el hombre sujeta todo lo
que ambiciona, y las chaparreras y las espuelas son icono del sincretismo
religioso: “La conjunción de la fe cristiana e indígena”.
El segundo personaje de la cuadrilla es la mujer, “la Mujer Embarazada”. Su
color es el verde y representa a “la tierra fecundada” por la lluvia (el
hombre). Con ella da inicio “la Vida”, “el ciclo generacional”, y si bien “el
Vaquero” es factor de que se de “el Nacimiento”, es “la Mujer Embarazada” quien
lo sufre. Representa la feminidad. Todo lo aguanta, todo lo tolera, todo lo
soporta; encima de todo lo que padece por el hombre, lo quiere, ha allí la
razón de su rostro duro.
“El Diablo” es el más ambiguo de todos los personajes, el más difícil de
entender. Su color es el rojo, representa “el fuego dentro del ser humano”, y
su imagen tiene el rostro del cristal con que se ve.
“La Muerte” representa “el aire impalpable”, carece de color. Es la
representación del fin de “la Vida”, pero es también símbolo del inicio de una
nueva en el plano espiritual.
El 30 de noviembre se hace la fiesta del "destape", una tradición en
la que las comparsas bailan de nuevo toda la noche y donde al final descubren
sus caras y se conoce a la persona que portó ese disfraz.
Había un señor que no quería hacer Todos
Santos, decía que no era cierto, que no vienen, y se burlaba de que los demás
sí creyeran. El día de Todos Santos se fue al monte por leña y allá lo
espantaron los muertos. Que le dicen: “¿Por qué otros nos están dando y tú no?
A otros amigos les están dando su comida, sus tamales, hay todo, ¿y por qué tú
no vas a hacer nada?” Todavía llegó a su casa con trabajos y pensó: “Sí es
cierto lo que dicen, hay que hacer Todos Santos”. Pero ya era tarde, ya se
estaba muriendo. Ya se apuraron a buscar pollo y cosas, pero de qué servía. Se
murió en el monte porque no quiso hacer Todos Santos. Allá lo espantaron. Por
eso es que toda la gente ya hace Todos Santos.
EL HOMBRE QUE
NO RESPETÓ EL DÍA DE DIFUNTO
En cierta ocasión, un hombre no
respetó el día de difuntos Se trataba de un hombre que no quería perder un solo
día de trabajo en su parcela. Así que cuando llegó la fecha de celebrar el día
de difuntos se dijo: “No voy a perder mi tiempo en este día, debo ir a trabajar
a mi parcela, cada día debo buscar algo para comer y no voy a gastar mi dinero
para esta fiesta, que además me quita mucho tiempo.” Así que se fue a trabajar
al campo, pero cuando estaba más ocupado escuchó una voz que salió del monte y
le decía: “Hijo, hijo, quiero comer unos tamales (kuatzam).” El hombre se quedó
muy sorprendido y pensó que era su imaginación la que le hacía oír cosas, pero
poco después escuchó claramente otras voces, como de personas que conversaban
entre sí y lo llamaban por su nombre; reflexionó sobre lo que estaba sucediendo
y comprendió que eran voces de su padre y familiares difuntos que clamaban por
las ofrendas que les había negado. Inmediatamente dejó su trabajo y regresó
corriendo a su casa; ahí le dijo a su mujer que matara unos guajolotes e
hiciera unos tamales para ofrendarlos a sus difuntos en el altar familiar.
Mientras la mujer trabajaba sin cesar en la cocina preparando las ofrendas, el
hombre se acostó a descansar por un rato. Cuando todo quedó listo fue la mujer
a despertar a su esposo. No logró despertarlo, pues el hombre estaba muerto; aunque
había cumplido con lo que pedían sus familiares difuntos, estos de todos modos
se lo llevaron. Es por eso que en la Huasteca se cree que es una obligación
preparar ofrenda para los difuntos; de esta forma se les complace y se comparte
junto con ellos la alegría que se vive en familia. Por eso nunca se debe dejar
de ofrendar a los muertos el 2 de noviembre; se prenden cohetes y bombas para
que su ruido espante al demonio; también se encienden velas para que iluminen
el camino al difunto. Si a éste le gustaba mucho el aguardiente, por ejemplo,
se le debe comprar y poner en el altar para que lo tome. Estos ritos son
obligatorios, porque si no se celebran es muy posible que los muertos se lleven
al dueño de la casa.
Las leyendas aquí referidas fueron extraídas de Amparo Sevilla (Coord.), De Carnaval a Xantolo: contacto con el
inframundo, Conaculta, México,2002 http://www.conaculta.gob.mx
La noche del
1 de noviembre de 1970 en el antiguo barrio de la salud, los niños de ese rumbo recorrían las calles
pidiendo su muerto como es la tradición
leyendadelterror.com
Cerca de la media noche un hombre llamado Rubén Varón, quien vivía a poca
distancia del panteón de ese lugar escucho que tocaban su puerta
– Don Rubén
me da mi muerto,
Don Rubén: miguelito que andas haciendo a estas horas por la calle
– Aquel
hombre le dio dulces al niño, y este le pidió más para llevarle a un niño que
estaba encerrado en una casa de esa misma calle a tres casas de ahí
Don Rubén:
Mentiroso en esta casa no vive nadie
Niño: se lo
juro don Rubén a todos los niños que pasan por ahí desde la ventana les dice
que quiere salir y para que no esté tristes le voy a llevar dulces
– Rubén
recordó que hacía años en esa vieja casa de adobe, había sido descubierto el
cadáver de un niño de 6 años, que había sido encerrado sólidamente en un cuarto
y abandonado misteriosamente por sus padres quienes dejaron la casa sin que
nadie se diera cuenta.
– Don Rubén,
le dijo a miguelito que se fuera a su casa que el mismo le llevaría dulces
aquel niño.
Don Rubén salió a la oscura calle, lentamente se acercó a la ventana de aquella
casa abandonada,
entre las sombras descubrió a un pálido niño
Niño de la
casa: ¡déjame salir! ¡Déjame salir!
Don Rubén: ¿qué
haces ahí?
Niño de la
casa: ¡ábreme! ¡Ábreme!
Don Rubén: ¿quién
eres?
Los ojos de
aquel niño se pusieron en blanco y comenzaron a brillar intensamente y a ver la
sangre como si estuviera llorando, las ventanas se cerraron violentamente
mientras aquel ser seguía gritando
Sinopsis: Es la historia de un hombre y su llegada al mundo de los muertos, donde es recibido por un gusano, calacas sonrientes y la mismísima Catrina.
No sé qué
tienen las flores, llorona, Las flores del camposanto.
Que cuando las mueve el viento, llorona, Parece que están llorando.
Dos besos llevo en el alma, llorona que no se apartan de mí
El ultimo de mi madre, llorona y el primero que te di
Salías del templo un día llorona, cuando al pasar yo te vi
Hermoso güipil llevabas llorona, que la virgen te creí
Ay de mi llorona, llorona, llorona de un campo lirio
El que no sabe de amores, llorona no sabe lo que es martirio
Ay de mi llorona, llorona llévame al río
Tápame con tu rebozo, llorona porque me muero de frío
Todos me dicen el negro Llorona, negro pero cariñoso.
Yo soy como el chile verde, Llorona, picante pero sabroso.
Ay de mi Llorona, Llorona, Llorona de ayer y hoy.
Ayer maravilla fui, Llorona, y ahora ni sombra soy.
Ay, de mi Llorona, Llorona, Llorona de azul celeste.
Aunque la vida me cueste Llorona, no dejaré de quererte.
Dicen que no tengo duelo, Llorona porque no me ven llorar.
Hay muertos que no hacen ruido, y es más grande su penar.
Si al cielo subir pudiera llorona, las estrellas te bajara
La luna a tus pies pusiera llorona, con el sol te coronaba
La pena y lo que no es pena, llorona, Todo es pena para mí;
Ayer lloraba por verte, Ay llorona, Y hoy lloro porque te vi
Me subí al pino mas alto, llorona, A ver si te divisaba.
Como el pino era muy tierno, llorona, Al verme llorar, lloraba
Cada vez que entra la noche, llorona, Me pongo a pensar y digo:
De que me sirve la cama, llorona, Si tú no duermes conmigo
De la mar vino una carta, Ay llorona, Que me mando la sirena,
Y en la carta me decía, llorona, Quien tiene amor tiene pena
¡Ay de mí!, llorona, llorona tú eres mi shunca.
Me quitarán de quererte, llorona, Pero de olvidarte nunca.
Las campanas claro dicen, llorona, sus esquilas van doblando.
Si mueres, muero contigo, llorona, Si vives te sigo amando.
Ay, de mi llorona, Llorona, Llorona llévame al mar.
A ver a los buzeadores, Llorona, que perlas van a sacar.
Pregúntale al sacamuelas, Llorona, cual es el mayor dolor.
Si al que le sacan la muela o al que le roban su amor.
En el cielo nace el sol, hay llorona en el mar nace la luna
Y en el corazón me nace, hay llorona quererte como a ninguna
Ay, de mi Llorona, Llorona, Llorona de azul celeste.
Pon tu rebozo en el aire, llorona para decir que me quieres
No creas que por que canto, llorona tengo el corazón alegre
También de dolor se canta, llorona cuando llorar no se puede
Ay, de mi llorona, llorona del sentimiento
El Que no Sabe de Amores, llorona, no sabe lo que yo siento
Ay de mi llorona, llorona, llévame a ver
Donde de amores se olvida, llorona, y se empieza a padecer
Alza los ojos y mira llorona allá en la mansión obscura
Una estrella que fulgura llorona y tristemente suspira
Es Venus que se retira llorona celosa de tu hermosura
Ay de mi llorona, llorona, que si que no
La luz que me alumbraba llorona, en tinieblas me dejo
Dicen que el primer amor ay llorona es grande y es verdadero
Pero el último es mejor ay llorona y más grande que el primero
Ay de mi llorona, llorona, dame una estrella
Que me importa que me digan, llorona, que tú ya no eres doncella
Ay de mi llorona, llorona, de la alta cumbre
Yo soy como los arrieros llorona, llegando y haciendo lumbre
No me llores cuando muera llorona, ni cuando me veas tendido
Llórame si tu me quieres llorona, ahora que yo estoy vivo
Ay de mi llorona, llorona, llorona yo te pidiera
Que tu güipil de brocado ay llorona, me cubra cuando yo muera
Tus trenzas causan despecho ay llorona, no por negras ni sedosas
Sino porque son dichosas, llorona, cuando ruedan por tu pecho
Ay de mi llorona, llorona reina de mi ensoñación
En tus dos hermosas trenzas, llorona, se quedo mi corazón
Cuando entrabas por la iglesia llorona, te diviso el confesor
Se le callo la custodia llorona, porque temblaba de amor
A mi el confesor me dijo ay llorona, que te olvide y no te quiera
Suspirando yo le dije, llorona, hay padre, si usted la viera
No es extraño que las olas, llorona, traigan perlas a millares
Si a las orillas del mar ay llorona te vi llorar la otra tarde.
Ay de mi llorona, llorona, llorona de cuando en cuando
Solo que la mar se seque llorona, no me siguiere vallando.
Se que te vas a casar ay llorona, anda con dios bien mío
Por el tiempo que ande ausente llorona, no bebas agua del río
Ni dejes amor pendiente llorona, como dejaste al mío
Ay de mi llorona, llorona llévame al río
A ver si sus aguas juntan llorona, tu corazón con el mío
Te quiero porque me gusta, llorona, y porque me da la gana
Te quiero porque me sale ay llorona, de las entrañas del alma
Ay de mi llorona, llorona mucho te adoro
Tú no sabes si te quiero ay llorona, porque no sabes que lloro
Si porque te quiero quieres llorona, que yo la muerte reciba
Que se haga tu voluntad ay llorona, que muera por que otro viva
Tepeyahualco,
Puebla.- En un ambiente árido, donde el aire siempre sopla fresco, entre
cactus, haciendas que remontan un siglo atrás, postales en color sepia y vías del
tren que cuentan historias revolucionarias, son los paisajes que en cada paso
regalan al visitante al llegar y adentrarse al municipio de Tepeyahualco de
Hidalgo, Puebla.
Ahora, si
eso no bastara y es necesario retroceder a otras épocas, como por ejemplo ir a
lo prehispánico, en Cantona, una ciudad amurallada con cientos de calzadas que
se pierden como laberintos entre pirámides, es otra de las opciones en esta
localidad enclavada entre los valles poblanos.
Este
poblado regala inimaginables fotografías que van desde hermosos atardeceres en
color dorado, contraluz de magueyes o
contornos de antiguas arquitecturas donde diversas leyendas se encierran sobre
estas planicies ubicadas a 2 mil 400 metros sobre el nivel del mar.
La
quietud es casi sepulcral, pareciera un pueblo fantasma, donde el sonido del
viento es lo que más se puede escuchar. Su significado es “Cerco entre cerros”,
pues enormes montañas de roca permanecen como los gigantes que custodian y
miran hacia el municipio donde las casas son de colores vibrantes.
Sólo
basta mirar a los alrededores para capturar imágenes que se pierden entre los
horizontes; una polvareda a lo lejos se levanta como manto en color castaño,
luego se pierde entre las paredes montañosas.
También
al paso unas lagartijas regordetas y negruzcas brillantes asoman de sus cuevas,
toman los rayos del sol y al sentir la presencia humana, se escoden y observan
desde adentro.
Mientras tanto
los minutos avanzan y las nubes que revolotean al cielo teyehaualquense
anuncian una gran tormenta. Entonces los pocos caminantes del pueblo, corren a refugiarse
y ya dentro de sus casas aprovechan para tomar tazas con café y aroma de
canela.
Al llegar
a la ciudad prehispánica “Cantona” que significa “Casa del Sol” y que los arqueólogos tras 19 años de investigación consideran que en este lugar se
desarrolló una parte de la cultura Olmeca-Xicalanca.
Aún esto
es dudoso, las indagaciones continúan, aunque de cierto es que estas pirámides
son del 200 antes de Cristo (A.C) y que fue una cultura dominante en el
comercio de la obsidiana sobre la franja del Golfo de México.
Estos
sitios limitan con el estado de Veracruz, sobre Perote, lugar desde donde basta
una hora para poder adentrarse a estos territorios que pareciera fueron sacados
de pinturas y postales del siglo XIX.
Los
callejones en Cantona te llevan y pierden entre enormes paredones, hay que
buscar salidas, nuevas opciones porque más arriba otras pirámides esperan y ya
desde lo alto se pueden observar tonalidades cafés y más restos de la ciudad
prehispánica que sigue bajo árboles, grandes rocas y tierra arenisca.
Karina de Paz Reyes Díaz/cascabelesycampanas.blogspot.com
Ni me llamo Xipe, ni soy deidad. Soy Cutumbú, esclavo por ser de alma inmortal. Fui convertido en piedra y sometido a estar ataviado con la piel desprendida de un gobernante que traicionó al pueblo mexica. Mi alma fue extraída de una chuparrosa e incrustada en un cuerpo labrado en piedra, enseguida del sacrificio del emperador que, al ser conquistado por la avaricia, fue castigado.
No pude evitarlo. Me cubrieron con su piel aún tibia, ensangrentada y gruesa. Lo único que logré fue también convertirla en piedra. Ahora que lo pienso, quizá eso es lo que querían que hiciera. Por mandato divino me alejaron de la gran ciudad. A mamachi, 10 hombres robustos me llevaron lejos de Tenochtitlán, a territorio recién conquistado. Después de 102 lunas arribamos a Teayo, ciudad que había sido fundada por los toltecas, posteriormente habitada por los huastecos y despojada por nuestra gente. Me dejaron en un cube, arrumbado, junto a los pocos dioses de ese pueblo que habían sobrevivido al exterminio, y aunque mi esencia de avaro les estimulaba desconfianza, no me encantaron. Mientras yo buscaba entenderme con los ídolos huastecos, los mexicanos trabajaban en los nuevos dominios: continuaron el cultivo de algodón, calabaza, maíz, fríjol, cacahuate y quelites. Si alguien enfermaba, aprovechaban las hierbas que aquí se dan por montones: chilacuaco, arcajuda, quebrache, estafiate… Poco a poco de Tenochtitlán fueron llegando más artesanos, sacerdotes, orfebres, maestros, poetas, escultores, músicos, así como estrategas de batalla y jóvenes guerreros. Justamente la inmensa cantidad de piedras que hay en la región les permitió a los mexicas revestir el principal templo de Teayo al estilo texcocano. Además, trazaron calzadas que conducían a los observatorios que establecieron en las puntas de los cerros más altos que rodeaban el lugar. Solo las familias de la realeza mexica y los sacerdotes, habitaron edificios de piedras talladas, inmensas lajas, cal y arena. No por eso, los caceríos del resto eran insignificantes: estaban hechos con horcones de chijol, vigas de alzaprima, alfardas y fajillas de cedro, la cerca de volador amarrada con bejuco, techados de palma real tejida y piso boleado con tierra amarilla. Todo era signo de la riqueza natural del lugar. Del templo principal escarbaron un túnel que llega hasta el cerro más puntiagudo, donde estaban los aposentos de la diosa Chinola, quien cuidaba los restos de los grandes señores mexicas que ahí morían. Teayo se convirtió en una oculta ciudad y base militar mexica y desde ahí fueron atacados y conquistados los vecinos llamados totonacos. Un día las chuparosas empezaron hacer barrunta: volaban por parvadas, como huyendo de un nahual. Fue el primer aviso. Después, llegó el mensajero y se inició la partida. Tenochtitlán era amenazada por hombres blancos y barbados, ¡necesitaban ayuda! Todos iban por el camino con rumbo al corazón del imperio y solo uno se conducía en sentido contrario: era un hijo del rey avaro. Era también el único de la estirpe que no olvidó la forma y los motivos que llevaron al pueblo a ultimar a su padre; y como en esos tiempos el imperio se deshacía, aprovechó la revuelta para vengarlo. La única manera de hacerlo era destrozándome, porque atentar contra el rey era impensable. Llegó, me buscó, me reconoció, lloró a su padre y me degolló con hojas de obsidiana. Nadie atestiguó la escena, irónicamente sanguinaria.
Hubo un silencio. Una ausencia. Enseguida, una mujer que huía despavorida me vio, tirado y en dos partes. Decidió llevarse mi cabeza, mientras mi cuerpo se quedó muy cerca del templo, hoy llamado Castillo de Teayo. Los hombres y mujeres se fueron. Nadie pasó por Teayo durante muchas, muchísimas lunas. Truenos, rayos, relámpagos, lluvias, pájaros, venados, tigres, tlacuaches, serpientes, entre otros animales, fueron durante mucho tiempo los únicos habitantes del lugar. Las grandes ceibas, cedros, alzaprimas, zapotes, y una infinidad de árboles más, se cayeron de viejos, mientras otros crecieron en esa que se llamó la selva huasteca y que hoy tampoco existe. Ese silencio terminó cuando llegó un grupo de personas, mitad blancos mitad apiñonados, a desmontar y repoblar la antigua ciudad mexica, establecida en pleno territorio huasteco. Andaban de cacería y un venado grande y brioso, sin querer o queriendo, los llevó hasta la pirámide, que por su magnitud fue llamado Castillo, Castillo de Teayo, porque la gente que lo encontró era de una hacienda cercana que a pesar del tiempo, así se llamaba. El principal templo había resistido el abandono y nuevamente fue pisado por almas humanas que le arrancaron las hierbas y raíces que se le habían trenzado. En el adoratorio le colgaron tres campañas, símbolo de la religión impuesta y a su alrededor se construyó el nuevo caserío. Algunos dioses poco a poco fueron descubiertos: toltecas, huastecos y, naturalmente mexicas. Yo también fui descobijado de la tierra donde estaba, entre raíces, lombrices y tepalcates, pero sin cabeza. Por eso piensan que soy deidad, por haberme encontrado en las mismas condiciones que ellos: plasmado en piedra y sepultado. A diferencia de los demás ídolos, fui encalado para simular la piel encimada que tengo cincelada, y que, a pesar del tiempo, irradia avaricia. Fui sometido, junto con los demás, a velar la cruz de los que nos conquistaron. Fue cuando me enteré de que lo habíamos perdido casi todo en aquella, la última guerra de que estuve enterado. Ni siquiera se habla y se viste igual que antes. He sido testigo de cómo se han llevado varios dioses que alguna vez fueron venerados por pueblos enteros. La única que se resistió a salir de aquí fue la Chinola. Al menos eso vino a contar un hombre que ayudó a trasportarla hasta Tuxpan y supo que el barco en que iba hacia tierras lejanas se hundió mucho antes de llegar a su destino. Hoy, sigo sometido a escuchar el repicar de las campañas que llaman a adorar a otros que no son nuestros dioses. ¡Ah, cómo extraño la sonoridad de los cascabeles huastecos, de los caracoles mexicas! Hace poco tiempo una mujer encontró mi cabeza, ahí mismo, en el pueblo, aunque muy alejada del templo. Se la entregó a los hombres que nos custodian y ellos me la colocaron. _Aquí traigo un antigüe que estaba en la esquina del solar. Fortino me va hacer un horno de tierra pa’ cocer pan ahora que viene Todos Santos y en la escarbada se lo encontró_dijo.
Ahora, además de la piel del rey avaro, cargo con una cabeza que fue cercenada por un hombre poseído por la venganza. Como soy un alma inmortal estoy esclavizado a vivir con esas dos amarguras. He preguntado a los dioses qué pena estoy pagando. Es el día en que ninguno ha logrado responderme.
Fotos: Escultura de Xipe-Totec (imagen tomada de la fototeca del INAH. Número de inventario 305030)
Un alma inmortal convertido en pieda (foto tomada en el Museo de Sitio de Castillo de Teayo) Xipe con cabeza (foto tomada en el Museo de Sitio de Castillo de Teayo) http://cascabelesycampanas.blogspot.mx/ http://cascabelesycampanas.blogspot.mx/
Coatepec, Ver.-Un túnel de la época de la Revolución Mexicana fue descubierto en la escuela primaria “José María Morelos y Pavón” del municipio de Coatepec. Además de la antigüedad lo interesante también radica en que éste pasadizo tiene ramificaciones que conducen a tres sitios del municipio y que en su momento funcionaron para escapar de las guerrillas.
De acuerdo con el director de este plantel educativo, Nicolás Díaz Contreras, el hallazgo ocurrió en 2014, sin embargo apenas se dio a conocer de manera pública y en exclusiva para Sin Rumbo Fijo.
A través de éste túnel se puede realizar el recorrido hacia la calle Zamora en la “Plaza Real”, la iglesia “Sagrado Corazón de Jesús” y finalmente hacia “El Cerro de las Culebras” que son las zonas donde enlaza.
El túnel se localizó durante los trabajos de construcción del domo de la cancha, justo cuando se hacía el colado y se colocaban las columnas, el peso del concreto provocó hundimiento del terreno.
“Fue así como abajo descubrieron que había una construcción de forma rústica y buscándole se dieron cuenta que se podía bajar a la cueva la cual conecta a tres partes de la ciudad”, declaró el director durante la entrevista en las profundidades de la bóveda.
Personal del Instituto de Antropología e Historia (INAH) llegó al sitio para supervisarlo y determinó que pertenece a 1910, aunque también tuvo un segundo uso entre 1926 y 1929 durante la llamada “Guerra Cristera”.
Lo que el director de esta primaria lamenta es que la bóveda fue sellada con material de concreto y por lo tanto el público no puede tener acceso a este lugar histórico que tuvo dos etapas durante los movimientos sociales y que funcionó como refugio y escape.
Los antropólogos realizarán las investigaciones para detallar con mayor certeza cuántos años tiene este túnel, aunque no estima que se den a conocer más datos sobre el hallazgo, en el cual tampoco se permite la entrada de los alumnos.
Para poder entrar es necesario bajar por 14 escalinatas muy reducidas, agacharse para lograr entrar; al interior se puede observar el concreto que tapa la entrada hacia el pasadizo y unas figuras pequeñas que asemejan a una pirámide.