Playa de Santander

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Playa de Santander en Alto Lucero

lunes, 28 de febrero de 2011

Encuentran Vestigios Arqueologicos

Por Francisco De Luna
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Castillo de Teayo, Ver.- Vestigios de lo que pudieron ser dos centros ceremoniales o una escuela de guerreros de la era prehispánica que datan de hace aproximadamente 700 años fueron localizados en Castillo de Teayo, ubicado en el norte veracruzano.

Descargar DSC01889.JPG (1056.0 KB)Los lugareños han recuperado vasijas de barro que contenían objetos como pulseras, puntas de lanza y collares de jade que son huellas de civilizaciones como la Mexica y Tolteca que se asentaron en la Huasteca veracruzana.

Estos adoratorios prehispánicos fueron descubiertos en septiembre 2010. Pero ninguna autoridad local ni el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) han podido llegar hasta la zona.

La cima del cerro está cubierta de rocas que forman la explanada, entre hierbas y matas de naranjo sobresale la «plazoleta» que con el paso del tiempo comienza a deslavar hacia los barrancos.

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Los dos sitios arqueológicos se ubican a más de horas de camino, partiendo desde municipio de Castillo de Teayo; en el trayecto la vegetación es densa y sólo se abre camino con la ayuda de machetes.

Algunas de las piezas arqueológicas localizadas siguen intactas, sin embargo la mayoría están destrozadas, aunque aún conservan fragmentos de pinturas y simbologías. Lo más conservado son los collares y pulseras elaborados con piedras como el jade que para las culturas antiguas significaba vida, poder y fertilidad.

Descargar DSC01864.JPG (896.0 KB)Los pobladores comentan tener poco conocimiento sobre la cultura pero la relacionan con la Mexica y Tolteca ya que el poblado tuvo relaciones con grupos toltecas del Altiplano mexicano.

Para los lugareños los hallazgos han sido sorprendentes al descubrir que en los sitios aún permanecen las ofrendas que consisten en vasijas, platos y objetos zoomorfos y amorfos que se utilizaban para rendir culto a las deidades y veneración a los fenómenos naturales.

Eduardo Valencia de la Cruz, habitante del sitio prehispánico, al lugar lo han nombrado como “El Adoratorio” y se ubica cerca de la comunidad “La Puerta” donde también existen basamentos piramidales.

Fue en septiembre del año pasado cuando en su andar descubrieron objetos entre el monte. Pero para mostrar las piezas antiguas, dijeron ser precavidos y con hermetismo mostraron algunas ofrendas desenterradas de aquel sitio, además dicen tener la necesidad de proteger su identidad indígena, por el constante saqueo de los vestigios prehispánicos.

Cuentan que las vasijas de barro y cerámica que contenían collares, pulseras, máscaras, huesos, conchas y puntas de lanza del material de obsidiana o piedra volcánica, algunas ya estaban despedazadas, mientras que otras siguen intactas.
En la parte más alta como en las faldas del montículo las piezas arqueológicas están a flor de tierra y se distinguen entre pedazos que asoman entre la hojarasca parte de las ofrendas que eran colocadas en el centro de adoración.

Raúl Martínez Escobar, otro de los lugareños, cuenta que en esa zona geográfica se construyó “la gran plaza o el basamento” donde se colocaron todas las ofrendas que en los últimos meses comenzaron a descubrir.

Otros habitantes consideran que el sitio prehispánico se uso para servicios religiosos, rendir culto a los patriarcas y a los guerreros. Hacen referencia a esos detalles debido a que se han hallado principalmente puntas de lanza.

También le atribuyen que pudo tratarse de una “escuela o sitio de entrenamiento para los guerreros” y como centro de adoración ya que el descubrimiento está acompañado de vasijas que contenían herramientas de trabajo, como los cinceles y las flechas.

Las medallas aún conservan las ataduras antiguas, lo mismo que las pulseras y el amarre de las puntas de lanza. Aunque varias piezas están desprendidas y son resguardadas en las vasijas que integraban la ornamentación al culto de las deidades.

Para los pobladores representa inseguridad que las piezas arqueológicas caigan en manos de los trabajadores del INAH y de las mismas autoridades locales, pues argumentan que algunos vestigios que se resguardaban en el museo local, han sido saqueados con el pretexto de exponerlas en otras ciudades del país, pero nunca regresan.

Castillo de Teayo es un sitio en el que confluyen varias tradiciones culturales, primero la huasteca, de los siglos X al XII, y la Mexica, en el Posclásico tardío, detalla parte de la historia del municipio.