Playa de Santander

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Playa de Santander en Alto Lucero

jueves, 7 de agosto de 2014

Fiesta pagana, ¿Tradición o Crueldad? Palma Sola Coatzintla.

Francisco de Luna

Coatzintla, Ver.-Zapatean y bailan al ritmo de los sones; el huapango se escucha bajo el “árbol triste”, sitio en el que las aves son colgadas; es el lugar de su muerte. A este evento los lugareños de Palma Sola, Coatzintla le llaman “El despescuezadero”.

Se trata de los danzantes de la comunidad, quienes disfrazados de personajes políticos, cuentos o leyendas que han sembrado terror en la ranchería se dispersan por las calles como deseosos de la fiesta religiosa la cual otros consideran como pagana.

Esta celebración se lleva a cabo siete días antes de la “Semana Santa”, también le nombran “el carnaval”; participa casi toda la localidad. Se organizan para el festejo, obsequian  los animales emplumados para el sacrificio “porque hay que vivir el momento” cuenta la señora Ramona quien tiene su domicilio cercano a la galera municipal.

Los danzantes con sus atuendos deambulan las calles, algunos más extremistas arrastran cadenas entre esos accesos empedrados; el diablo es el personaje central que en algunas ocasiones toca las puertas de las viviendas porque anuncia que el mal siempre anda cerca.

La comunidad durante varios días luce colorida, se acompañan de música tradicional que hacen sonar los violines, el tambor y hasta la guitarra. Las familias asoman y en ocasiones  ofrecen el agua y las gallinas.

Al paso de las horas, cuando el reloj ya marca las 4 de la tarde, es indicativo que ha llegado el momento del “despescuezadero” entonces los menos espantados deciden a reunirse bajo el “árbol triste”.

Ahí pasa la muerte, pasa el asombro, la quietud, el susto, también el suspenso. Los músicos llegan, buscan su espacio y se acomodan; atrás están los danzantes, “los crueles”, los que harán “la despescuezada”.

El capitán lanza la señal cuando los sones se dejan escuchar entre la multitud reunida y que ha formado un círculo para ver morir a las 18 aves que fueron obsequiadas para el ritual donde le piden perdón a Dios y le “regalan” los pecados al Diablo.





Pero en el momento en que alguno es capaz de alcanzarlo y apretar la cabeza, otros tres corren para apoyar, ahora los cuatro se sujetan, quedan  colgados hasta arrancar el pescuezo del animal; finalmente lo consiguen.

El cuerpo del ave se zangolotea descabezado y mientras esto sucede riega la sangre, mancha a la gente, algunos espectadores se sorprenden porque no saben si se trata de una fiesta religiosa o de un asunto pagano.

Después de varias horas y ya caída la noche, es momento de concentrarse en el auditorio municipal, mientras que otras familias se organizan para hacer la comida con la carne de los patos y gallinas despescuezadas, mismas que saborearán al amanecer.


Esta actividad se realiza en la comunidad de Palma Sola, Coatzintla, municipio ubicado a 30 minutos de la ciudad de Poza Rica, al norte del estado de Veracruz; esta localidad pertenece a la cultura totonaca.

Celebración religiosa o pagana, “El despescuezadero” asombra al visitante, gusta a los lugareños y puede alejar al diablo según las creencias de los ancianos quienes aseguran que se trata de prácticas ancestrales.


miércoles, 6 de agosto de 2014

"La letra" obras maestras que sobresalen de las rocas

 Francisco De Luna Gaona


Coxquihui Ver.- Existen historias que se escriben sobre papel, pero hay otras que se escriben sobre piedra y que forman parte de un legado histórico. Se trata de las cuevas de “La Letra”, obras maestras que sobresalen de las rocas; lugar misterioso donde el olvido ha dejado huella, ahí los antepasados plasmaron escenas alusivas a su vida.


“La letra” como antiguos pobladores le nombraron por el poco conocimiento que le asignaban al grabado que en realidad son figuras con valor único e inigualable que podrían contar la historia aún no conocida de la sierra del Totonacapan.

Estas cuevas se ubican en la comunidad de Sabanas de Xalostoc, Ojital, Piedras de Afilar,  y para recorrerlas se necesita por lo menos de un día, un buen calzado para atravesar los terrenos accidentados y conocer lo impresionantes que son atrás de esa exuberante vegetación.
 
Los lugareños han creado leyendas en torno a esos sitios, creencias que han sembrado el miedo entre los pobladores ---cuentan que al medio día aquel que entre a “la letra” jamás podrá salir pues se convierte en el alimento de los seres fantasmales que viven dentro de las cavernas; otra de las especulaciones es que es el hogar de la llorona, de la muerte,  del diablo y horrorosas serpientes; otros aseguran que ahí habitan los duendes--- pero cualquier explicación, esas cuevas siguen siendo un misterio, pues nadie se ha interesado en hacer una investigación.

Tal vez no crean en fantasmas, pero no se puede negar que estar ahí te sientes hechizado por los espíritus de las personas que alguna vez pintaron esas paredes.

Y al hablar de “La letra” es conocer las figuras que hablan a través del tiempo, belleza escondida en la profundidad de la sierra de Coxquihui; las rocas y los montículos verdosos ocultan la memoria de los hombres y mujeres que ahí se refugiaron y con grabados mostraban símbolos y representaciones iconográficas de un pasado muy lejano pero, que sin embargo, han logrado sobrevivir el paso del tiempo.

Don Juventino Jerónimo, propietario del terreno donde se ubican algunas de las cuevas, relató que desde muy pequeño observaba esas figuras pues su abuelo le contó que ahí alguna vez existieron hombres primitivos que realizaban ritos; “eso nos decía mi abuelito, por que a él también le contaban sus abuelos, y esas figuras tienen muchísimos años, pero la hierba y la tierra han estado tapando poco a poco otras paredes donde también hay figuras, así como en la comunidad de la “Luna” que pertenece a Espinal, donde hay pintura rupestre”

“La letra” es un lugar donde se construye la memoria, sitio que no ha sido explorado, por que además de ellas, también hay un aproximado de ocho pirámides cubiertas de maleza y que al paso de los años se han ido destruyendo, comentó el profesor Jaime Gaona Hernández.

Las cuevas enclavadas en la sierra, han sobrevivido al tiempo, han originado creencias, temores y en algunos casos se han convertido en sitios para practicar ritos satánicos, factor que ha provocado el deterioro de las paredes que quieren contar una historia…





Cascadas, grutas y callejones en Cuetzalan, Puebla

 Texto: Francisco De Luna/Fotos: Jessica García

Cuetzalan del Progreso, Puebla.- Llegar a esta ciudad, es conocer un rincón poblano. Inmersa entre la vegetación; se caracteriza por cascadas, grutas, flora, fauna, arquitectura y tradiciones que resuenan en las alturas con sus voladores que emprenden el ritual bajo el cielo de la Sierra Madre Oriental.


Y las calles empedradas y tejado rojo dan la bienvenida al paseante. La aventura comienza desde cualquier sitio.Ya sea desde la catedral de San Francisco de Asís, la cual fue construida desde principios del siglo XVII. Elevada a base de piedra se muestra imponente ante el resto de las construcciones. El repicar de sus campanas invitan a lugareños y visitantes para admirar el interior del templo donde los grupos de danzantes zapatean al ritmo de los sones para venerar al santo patrono.

Magia es ver dormir al sol. Es oír el agua correr. Es ser alcanzado por una nube. Magia es ver a un hombre volar. Magia es Cuetzalan. De esta forma es como promocionan algunos portales de Internet a este municipio catalogado como “Pueblo Mágico” desde el año 2002.

Se encuentra a 182 kilómetros de la capital poblana, con una altura de más de mil metros sobre el nivel del mar, ubicada en la parte alta de la Sierra Norte de Puebla, su clima es tropical húmedo, posee una vegetación típica de bosque de neblina que se extiende a las tierras montañosas de Veracruz.

Pero también cuenta con la Capilla de la Purísima Concepción o de la Conchita, levantada en 1913, guarda interesantes pinturas del artista cuetzalteco Joaquín Galicia Castra. Y desde las afueras de esta construcción se puede admirar los alrededores de Cuetzalan.

Una construcción peculiar es el Santuario de Guadalupe. Se le conoce como iglesia de los “Jarritos”, pues su torre está decorada con pequeños jarros de barro, en el interior del cementerio municipal, que le da un aspecto “tétrico”, sin embargo es de lo más representativo del Pueblo Mágico.

El municipio ofrece diversidad, pues se puede admirar la vestimenta regional de su gente, de puestos que comercializan artesanías. Los establecimientos de comida típica que despiden sus aromas que invitan a saciar el hambre o los antojos.

La carretera que se recorre para visitar Cuetzalan invita a pararse de vez en cuando para admirar sus paisajes. Cerca de este poblado se encuentran cascadas y lagos, cuyas aguas transparentes incitan a nadar y explorar cavernas.

Las aguas que recorren el territorio de Cuetzalan caen a profundidades que van formando cascadas y pozas como las que se localizan en San Andrés Tzicuilan, con nombres como Las Hamacas, Atapatahua y Las Brisas, entre otras.

En el atrio de la Iglesia de San Francisco de Asís, se eleva el mástil de los Voladores del que descienden los llamados hombres pájaro, especialmente durante las fiestas patronales celebradas los primeros siete días de octubre, como la Feria Nacional del Huipil, cuyo objetivo es rescatar las raíces indígenas.

Asentada sobre una ladera, se erige una ciudad prehispánica conocida como Yohualichan cuyo significado es “Casa de la noche”. Se localiza a 7 kilómetros es similar a El Tajín de Veracruz, construida por las culturas totonaca y otomí.

La herencia de ricas culturas indígenas combinadas con los antepasados españoles que llegaron a la zona, le dan ese toque y carácter especial a toda este región y que desde luego no sólo se manifiesta en sus construcciones sino además en sus sabores y la espesura de su vegetación que es meneada por los vientos y que en los atardeceres es cubierta por neblina.
 













sábado, 2 de agosto de 2014

Lavaderos de Xallitic pausados en el tiempo

Francisco De Luna

Xalapa, Ver.-Pareciera que los lavaderos de Xallitic son un espejo que muestran el pasado, que ayudan a ver por lo menos cuatro siglos atrás. Aquí el tiempo hizo una pausa, se trata de un instante capturado del siglo XVI.

El sonar del agua en su recorrido hacia la casa con pilares, techo de teja y en color rojo, paredes arqueadas guardan los aspectos coloniales y gustos de los españoles que alguna vez se apoderaron de la zona.

La historia cuenta que en el lugar se asentó la cultura totonaca procedente de lo que hoy es el municipio de Naolinco; fue aquí donde localizaron un manantial del cual durante varios años hicieron uso.

Posterior a la llegada de los españoles se construyó esta obra donde actualmente existen 27 lavaderos, mismos que continúan en uso por algunos habitantes de la ciudad de Xalapa, pues se trata de un sitio histórico que no se desgasta con los años.

Diversas historias se cuentan sobre Xallitic, así como leyendas que atemorizan a los vecinos, pareciera que en estos lavaderos nada es serio, lo cierto es que se trata de un lugar donde la realidad se conjuga incluso con el misticismo.

Las aguas caen en los lavaderos, algunos vecinos acarrean el líquido o lavan la ropa, también lo utilizan como área de recreación familiar pues los jueves grupos locales amenizan el ambiente.

Ahí se baila, se zapatea a modo de sacudir el cansancio; desde arriba en el puente de gran altura los paseantes miran hacia abajo, ven y escuchan cada uno de los ritmos que resuenan en las bocinas.

Es el barrio, es lo histórico, es la gente, se trata del lugar perfecto para la convivencia donde el xalapeño muestra su gusto, aquí  nada se esconde, pareciera está prohibido tener pena cuenta don Luis Hernández un señor de 65 años, quien limpia y custodia los lavaderos.

Los elementos que integran el panorama son dos fuentes con caída de agua que “escalonea” desde el “árbol de carbón”, un enorme puente con cuatro bases arqueadas, un nicho que muestra una cruz y la Virgen de Guadalupe.

Se trata de un lugar sagrado, un sitio con historia, su significado “En el vientre de la arena”, aquí se concentran también todas las emociones de los habitantes de la región, pues en este barrio se enamoran, se besan, rompen relaciones o simplemente sus vivencias también se quedan pausadas en el tiempo.