Por Francisco De Luna
Sierra Totonaca.- En medio de la serranía se ocultan pirámides que aún guardan memorias de los hombres indígenas –quizá totonacos--- en medio de un potrero en la comunidad de Santa Emilia y desde el fondo de la tierra asoma parte de la historia aún no conocida de la sierra del Totonacapan. en la carretera Comalteco-Tecuantepec, todas ellas localidades del municipio de Espinal Veracruz.
Se ubican a un costado del lugar conocido como “El panteón”. Son más de 30 pirámides las que bajo tierra aún se resisten a perderse entre el tiempo. Los años han desaparecido algunos vestigios, de la misma forma que lo han hecho las manos del hombre, en donde por años la zona arqueológica ha sido saqueada, sin que hasta la fecha se haya podido poner alto a lo que lugareños consideran comercialización de la cultura.
Enormes montículos, piedras desprendidas, hierbas, grandes árboles encima de cada templo y ganado que se pasea por encima de ellos, es parte de la escena que impera en las pirámides de Santa Emilia sitio que muestra cada rincón en donde algún tiempo los primeros habitantes dejaron huella alusivas de su vida.
El lugar muestra cada espacio de la cultura que se asentó en ese espacio que ahora la naturaleza resguarda celosamente pero que el tiempo y la tierra hundieron cada parte de las piedras hasta cubrirlas en su totalidad como queriendo borrar memorias indígenas.
La tarde color plata cayó temprano en la lejanía de la comunidad de la Luna municipio de Espinal; las aves emprenden el vuelo a cada paso de los exploradores, mientras que otros animales advierten la presencia humana en el potrero de Florentino López Cruz, quien ordenó a sus trabajadores cercar el predio para evitar que el sitio sea saqueado.
El viento sopla y anuncia una fuerte tormenta, el cielo se nubla y la visita en las pirámides perdidas continúa en marcha. Los templos parecieran como tumbas, por que dentro de ellas existen historias de una raza indígena que también fue sepultada por
Los lugareños cuentan que pocos son los que visitan el lugar pero algunos sólo acuden con la intención de saquear piezas arqueológicas o en el peor de los casos, destruir los edificios mientras realizan cacerías al tratar de sacar a sus presas, perforan las paredes y con troncos, varas y herramientas de fierro han ocasionado daños a varias pirámides, pero otras siguen intactas.
Uno de los hallazgos más sorprendentes del cual los habitantes recuerdan es la de un campesino que al realizar la limpieza del terreno encontró una cazuela que contenía objetos de plata, aunque no precisaron la fecha, pero con ello aseguran que las evidencias de la existencia de alguna población indígena y de una zona arqueológica es certera, por lo que temen que el gobierno les expropié sus terrenos.
Yo viví cerca de este lugar por trece años, y no tenia idea de la existencia de este lugar espero algún volver y visitarlo.
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