Una
gárgola, un cráneo, el reloj con la manecillas detenidas, la cabeza de un
venado, armas y decenas de objetos son la fachada de la casa del historiador de
Xalapa, José Zaydén Domínguez.
Al
entrar a la sala, la vista no alcanza para recorrer y observar cada una de las
piezas que hay. Son miles, que ni él mismo ha podido contar para hacer el
inventario.
Relata
que se trata de una colección que se ha acumulado desde hace 200 años. Es una
herencia familiar –recalca.
Caminar
entre los cuartos es casi imposible. Es un museo con diversas temáticas. Parece
que las calaveras te miran, las armas te apuntan, los animales parecen saltar,
pero están quietos, disecados; a pesar de que han transcurrido 30 minutos, las
salas de exhibición aún no termina de descubrirse.
Zaydén,
como la mayoría de los xalapeños lo conoce, es historiador y licenciado en
Derecho; le gusta la filosofía. Tiene 69 años, nació el 25 de septiembre de
1946 y es originario de la capital veracruzana.
Es hijo
único. Su padre era de origen libanés; su madre nació en el puerto de Veracruz,
pero de familia española “y lo único particular que te puedo decir es que soy
el único Zaydén en el país”, cuenta mientras invita a pasar a su comedor, sitio
que también está lleno de curiosidades.
Se jacta
de tener la exclusividad del apellido y de la particularidad de contar con la
sangre más rara del mundo “tengo la AB negativa, que es la sangre más rara del
mundo”, explica, y ríe mientras sostiene documentos de la historia de Xalapa.
Don José
Zaydén cuenta que desde pequeño leyó todas las obras de Julio Verne y también
de Emilio Salgari, “había leído gran parte de los clásicos y era un experto en
ajedrez porque todas las noches jugaba con mi madre”, quien también –dice- le
inculcó el hábito del excursionismo.
El Museo

En ella
ha adaptado nueve salas para el museo, con las colecciones que datan desde hace
dos siglos.
Dijo
contar con la tercera colección más importante de monedas del país; esa
colección las tiene resguardadas en 400 vitrinas con todas las monedas y
billetes del siglo XVI a la fecha.
Una de
sus salas está dedicada a la cultura egipcia, “todo es traído de El Cairo”,
además de piezas prehispánicas con objetos del siglo V antes de Cristo, como de
las culturas olmeca, tolteca, totonaca, maya, entre otras.
En otra
sala de exhibición tiene armas antiguas; es una colección que habla de la
evolución del armamento. Hay fusiles, balas de cañón, mosquetones, pistolas y
más.
Dijo que
por haber viajado por todo el mundo ha adquirido herramientas extrañas, por lo
que habilitó un espacio dedicado con la temática de lo esotérico. Tiene cabezas
reducidas de los indios jíbaros del Amazonas.
“Me
traje mucho de la cultura del vudú de Haití; de muchas culturas antiguas me
traje testimonios y los tengo en la sala. También traje máscaras de rituales de
los siglos XVIII y XIX”, cuenta.
Para
recorrer este museo se requiere por lo menos tres horas para escuchar, observar,
curiosear, cuidar en no tumbar las piezas porque son miles que concentrados en
la vivienda.
Aquí,
cientos de culturas y creencias se unificaron. La efigie egipcia comparte el
mismo espacio con réplicas de las cabezas olmecas, mientras que la muerte con
dragones y los dinosaurios con llaveros de lugares turísticos.
También
tiene más de seis mil volúmenes de libros (algunos de piel) del siglo XVI a la
fecha, obras que comprenden todo lo que se ha publicado sobre la historia de
Xalapa y Veracruz, “nadie más lo tiene, solamente yo”.
Además,
resguarda obras literarias raras: “Tengo el segundo libro más antiguo de
Veracruz, el más antiguo está en la Biblioteca de la Prepa Juárez”.
El
cronista tiene más de mil fotografías antiguas históricas de la ciudad de Xalapa.
Asimismo, refiere que cuenta con una gran colección de juegos de ajedrez en
todos los tamaños y materiales.
Cronista
Tuvo
nueve años el nombramiento de cronista; desde 2007, durante la administración
de Ricardo Ahued Bardahuil, pero con el alcalde David Velasco Chedraui recibió
el cargo de manera oficial. Estuvo tres periodos como cronista.